Estos son Raimond y su hija Enya. La madre de Enya falleció electrocutada, y ahora, padre e hija, intentan sobrellevarlo apoyándose mutuamente.
Viven en la Caravana que tanto le gustaba a su madre. Ella era una amante del aire libre y adoraba pasar horas con sus plantas, pero no por ello descuidaba su pequeño hogar, y lo había decorado con mucho esmero.
El rincón donde la fallecida Ariel preparaba sus plantitas, estaba como ella lo había dejado. Todo en realidad se había paralizado con la ausencia de la joven. Ni Raimond ni la pequeña lograban superar su falta.
Raimond pasaba demasiadas horas en el Cementerio del pueblo, y la pequeña Enya, se recluía cada vez más en su refugio del árbol, donde tan buenos ratos había pasado con su madre.